Nuestros pueblos costeros.Canarias

Nuestros pueblos costeros.Canarias
Cho Vito, década de los 60

domingo, 30 de junio de 2013

El Partido Popular machaca nuestras costas

Qué duda cabe de que la riqueza de nuestras Islas se debe, entre otros motivos, a nuestra costa tan variada y placentera, al mismo tiempo que atrevida , fuente de recursos desde siempre y lugar de esparcimiento, ocio y descanso de los canarios. Nuestra costa, por otro lado, supone una atracción constante de los extranjeros y en general de todo el turismo que nos visita, valorándola y admirándola muchísimo. Por ello cualquier actuación especulativa o destructiva del hombre sobre ella nos estremece y llena de especial preocupación, y no cabrían en este artículo la cantidad de atropellos que nuestra costa ha recibido, sin ir más lejos Santa Cruz de Tenerife, la única capital de las islas (salvo El Hierro), que viviendo tradicionalmente hacia el mar, sin embargo se nos han impedido pasear junto a su orilla.


De ahí que debamos estar sobre aviso y recelosos de la recién aprobada Ley de Costas que en solitario en las Cortes nos ha impuesto el Partido Popular, gracias a la que se permitirá construir aún más cerca de la orilla, dificultándonos cada vez más el sagrado derecho que tenemos los ciudadanos españoles a transitar libremente por ella y acceder por toda la costa al mar, con lo que cada vez la construcción podrá devorar más nuestras playas y con ello los pelotazos inmobiliarios continuarán, mientras se desprotegen barrios costeros históricos de Canarias. O sea, el Partido Popular ha apostado por nuevas construcciones y cemento para la especulación en nuestras costas, dejando indefensos a núcleos históricos canarios que han servido de vivienda y descanso a nuestros paisanos.

Una nueva agresión a nuestra costa ya de por sí tan machacada, tras la que se esconden intereses poderosos que no solo vulneran las leyes europeas, sino que van a favorecer a destacados empresarios, como es el caso del que fue ministro de Hacienda y vicepresidente del Gobierno predemocrático entre 1975-1976, Juan Miguel Villar Mir, imputado por el juez Ruz por supuestas donaciones al Partido Popular detectadas en los papeles de Luis Bárcenas, el ex tesorero del PP que por fin entra en prisión. Pues bien, según un informe de Greenpeace, Villar Mir es uno de los beneficiados por la nueva normativa al evitar el derribo de una fábrica metalúrgica en Santander situada en el polígono industrial de la ría de Boo (Cantabria), entre los municipios de Astillero y Camargo, con una actividad que en el 45% invade el dominio público marítimo/terrestre. Su concesión de ocupación acaba en 2018, y, según la Ley de Costas de 1988, debería ser derribada entonces, pero, gracias a la nueva ley del Partido Popular se amplia dicho plazo unos 75 años más.

Hay que tener en cuenta el peligro que para el medio ambiente supone que el PP haya reducido la franja de protección de la costa de 100 a 20 metros en determinados tramos, así como que se dejan de proteger importantes humedales costeros y dunas, lo que puede acarrear consecuencias lamentables al favorecer aún más el cambio climático. Se calcula que cada día en España se produce una degradación de más de siete hectáreas de costa para construir urbanizaciones, habiéndose detectado casos de corrupción en construcciones de la costa, de tal forma que si bien unas 10.000 viviendas ilegales estaban sometidas a un expediente de demolición al finalizar la concesión otorgada a esas construcciones antes de 1988, ese problema ya lo tienen resuelto sus propietarios al conceder la nueva ley 75 años de moratoria.

Las reacciones de aprovecharse y especular con la nueva ley no se han hecho esperar y se están realizando cursos y seminarios relacionados con el sector de la construcción que ve en ella una nueva oportunidad de negocio ante la posibilidad de regularización de edificaciones afectadas por la línea marítimo-terrestre, actuaciones urbanas en el entorno de dicha línea y desarrollo de suelos urbanizables afectados parcialmente.

Una ley que no trata de proteger la costa sino de proteger a los que especulan con ella. Mejor los populares nos dejan tranquilos a los canarios, y mientras tanto con la herreña María Mérida sigamos cantando aquella letra de Pancho Guerra: "Somos costeros, arriando velas, largando al viento, la rumantela, echa ron ventorrillero, turronera pon turrón...".

jvicentegbethencourt@yahoo.es



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