Nuestros pueblos costeros.Canarias

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Cho Vito, década de los 60

sábado, 18 de septiembre de 2010

EL PARLAMENTO DE CANARIAS, PIDE A COSTAS QUE FRENE LAS DEMOLICIONES

El Pleno insta al Gobierno a "garantizar la permanencia y la seguridad jurídica" de quienes habiten áreas urbanas costeras

José Luis Cámara

Santa Cruz de Tenerife

Los más de 70 días de tensa espera que todavía tendrán que vivir los vecinos de Cho Vito, serán sin duda más llevaderos ahora que el Parlamento de Canarias ha aprobado una proposición no de ley (PNL) para solicitar al Estado que frene las demoliciones en el litoral del Archipiélago, como la que Costas tiene previsto llevar a cabo en este poblado marinero el próximo 30 de noviembre.

A pesar de la oposición del Partido Socialista Canario (PSC-PSOE), que votó en contra, el Partido Popular (PP) logró sacar adelante con el respaldo de sus socios de Gobierno una proposición que destaca el valor "etnográfico, arquitectónico y socioeconómico" de estas áreas urbanas costeras. En este sentido, la diputada Cristina Tavío, que siempre se ha mostrado como una de las más firmes defensora de estas zonas, argumentó que "son los canarios quienes tienen que decidir sobre este asunto".

Tavío dejó claro que, con esta iniciativa, su formación no defiende "el chabolismo", sino que trata de "evitar las arbitrariedades en la aplicación de la Ley de Costas", además de dar "seguridad jurídica a los afectados por esta normativa, no sólo en Canarias, sino también en muchos municipios de la Comunidad Valenciana o Baleares". No en vano, la presidenta del PP tinerfeño denotó que las personas que pierdan su vivienda "deben ser indemnizadas por el Estado".

Cristina Tavío también advirtió de la necesidad de "garantizar la permanencia y la seguridad jurídica de quienes habitan o desempeñan tareas en las áreas urbanas costeras de Canarias que reúnan un valor objetivo en materia etnográfica, arquitectónica o socioeconómica".

"Incita a la prevaricación"

En la bancada contraria, el socialista Manuel Fajardo recordó al PP que no modificó la Ley de Costas en sus ocho años de gobierno, mientras que a CC le reprochó que el Cabildo de Tenerife denegase la protección de Cho Vito como "bien de interés cultural". "Vamos a hacer todo lo posible para que se reconozcan los derechos de las personas", dijo Fajardo, quien, pese a todo, señaló que el PSOE no puede apoyar una iniciativa que calificó de "barbaridad", además de una "incitación a la prevaricación" para que no se aplique la ley.

Sea como fuere, la proposición no de ley aprobada ayer en la Cámara regional, insta al Estado a "suspender la acción ejecutiva de la Dirección General de Costas, adscrita al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, contra estas áreas urbanas costeras mientras permanezcan abiertas causas en la Justicia", como es el caso de Cho Vito. Sobre éste, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino y las administraciones canarias acordaron la pasada semana ampliar el plazo para la ejecución de las resoluciones de desalojo hasta el próximo 30 de noviembre.

En un primer momento, los vecinos tenían hasta el 20 de septiembre para desalojar sus viviendas, que ocupan el dominio público marítimo en la playa tinerfeña. El Ministerio justificó precisamente su decisión de retrasar la aplicación de la normativa en la posibilidad de "arbitrar las medidas pertinentes para resolver el problema social que se ha generado". De igual forma, las distintas administraciones implicadas acordaron adoptar la "máxima coordinación y cooperación" para que, en aplicación de las previsiones del marco jurídico vigente, se preste la mutua asistencia en las soluciones de aplicación de la Ley de Costas.

Tras conocer la decisión del Parlamento canario, el portavoz de los vecinos de Cho Vito, Tomás González, mostró su satisfacción por el acuerdo de la Cámara, y confió en que "reine la cordura". "Debemos remar todos en la misma dirección y no tomar decisiones arbitrarias no sólo contra nuestro poblado, sino contra todo el pueblo de Canarias", espetó González, quien junto a otros seis vecinos estuvo once días en huelga de hambre para evitar que sus casas fueran demolidas.

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