Nuestros pueblos costeros.Canarias

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Cho Vito, década de los 60

viernes, 14 de febrero de 2014

RIU, primera beneficiada en Canarias por la nueva (y salvaje) Ley de Costas


La cadena mallorquina cambia su criterio: tras renunciar en 2007 a ampliar sus concesiones en Corralejo, ahora se acoge a los 75 años

La filosofía del Oasis: RIU nunca quiso trabajar sobre concesiones, “preferimos la propiedad privada” dijo a Costas en la legislatura anterior

La Ley de Costas del PP deja abierta la posibilidad de un nuevo deslinde que les puede devolver la propiedad sobre las dunas

¿Qué va a decir el Gobierno de Canarias? Su informe es preceptivo, pero ¿lo hará Medio Ambiente o lo hará Ordenación del Territorio?

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Ya tenemos sobre el territorio de Canarias a la primera gran empresa beneficiada por la nueva Ley de Costas del Partido Popular, que rebaja la protección de todo el litoral español y abre la puerta a la revisión de concesiones en dominio público marítimo-terrestre y a la privatización de zonas que hasta ahora parecían eternamente públicas. Como no podía ser menos, esa gran empresa es la cadena mallorquina RIU, la que anunciaba al Gobierno de España en 2007 su intención de ir abandonando paulatinamente sus explotaciones en Corralejo y que ahora reclama para sí una ampliación de sus concesiones en las dunas para los hoteles Oliva Beach y Tres Islas por otros 75 años. La nueva ley, que cínicamente se llama “de protección y uso sostenible del litoral”, se lo permite al dejar en agua de borrajas los acuerdos que la cadena cerró con el Gobierno socialista tras una sentencia del Supremo de 2003 que ratificaba el deslinde marítimo-terrestre. Según aquellos acuerdos, RIU perdería por caducidad la concesión sobre el Oliva Beach en 2017, y sobre el Tres Islas en 2037, aunque podía extenderla, por renovación automática, hasta 2052. “Nosotros no trabajamos con hoteles sobre concesión administrativa, manejamos la propiedad privada, y aunque nos otorguen 60 años preferimos que nos dejen estar hasta amortizar nuestras inversiones y luego, nos vamos pacíficamente”, dijeron los representantes mallorquines a los responsables de Costas en las negociaciones que se cerraron en 2007. De este modo, la compañía renunciaba a su derecho a 30 y a 37 años, respectivamente, sobre sus dos hoteles de las dunas de Corralejo. Tan cierto era que su deseo era abandonar el norte de Fuerteventura que, en el marco de aquellas negociaciones  hasta cedió al Estado la isla de Lobos, afectada también por el deslinde que acababa de ratificarse.  Pero llegó el PP, y con él la defensa de los intereses (generales) de empresarios tan poderosos e influyentes como los del sector turístico mallorquín, para los cuales parece estar hecha a la medida esta ley de costas, perdón, de protección y uso sostenible del litoral. Y dos piedras.

 

 

Lo que viene ahora: revisión del deslinde

La ley y la postura de RIU son absolutamente coherentes: la compañía mallorquina no quiere trabajar “sobre concesiones administrativas” sino sobre propiedad privada, es decir, la suya. Siendo así, ¿por qué la cadena pide una ampliación de la concesión? ¿Ha cambiado de criterio? En absoluto. Es cierto que la nueva ley de desamparo del litoral permite una renovación casi automática por 75 años de las concesiones antes limitadas a 30 + 30, y a ella ya ha decidido acogerse, pero lo que realmente esconde la ley con su indefinición es la posibilidad de abrir la puerta a que los concesionarios recuperen la titularidad de los espacios naturales o de dominio público marítimo-terrestre que pasaron a titularidad pública con la derogada ley de costas. El procedimiento es bien sencillo y la autoridad no va a poner objeciones: revisión del deslinde mediante alegaciones como, en el caso que nos ocupa, que las dunas no están ligadas a la estabilidad de la playa. Revisado el deslinde en favor del solicitante, la reversión de la propiedad es automática, lo que hace buena la máxima de RIU de no trabajar sobre concesiones. Como en el Oasis de Maspalomas, donde proyecta un hotel sobre un suelo cuya titularidad discuten más de cuatro profesionales y entidades especializadas por las trazas que presentan las cesiones y alguna sentencia del Supremo actualizada.

 

¿Qué va a decir el Gobierno de Canarias?

Así las cosas, se abre la caja de pandora, porque la ley no sólo sirve para RIU y las cadenas hoteleras apadrinadas por los empresarios más cercanos al Gobierno de Rajoy. Cualquiera que tenga un problemón con el deslinde puede alegar un cambio en las mareas por el calentamiento global y pedir que se le revisen los metros de protección, y en Canarias tenemos casos a porrillo. Pero en el caso que nos ocupa asistimos a una modificación en una concesión administrativa (es lo que de momento se va a tramitar) que requiere un informe preceptivo de la Comunidad Autónoma de Canarias. La primera duda no surge sobre cuál va a ser su pronunciamiento sino sobre qué órgano lo elaborará. Si lo hace Medio Ambiente, en manos del PSOE, es de esperar que se recurra a la protección y a la conveniencia de que el patrimonio natural vaya revertiendo al término de las actuales concesiones en el uso público y la restitución de los espacios ocupados por construcciones intrusas. Pero como se decida que el informe lo elabore Ordenación del Territorio, los tiros irán en dirección contraria previsiblemente. No sólo por la condición de majorero del consejero titular, Domingo Berriel, que habrá de responder a la postura de las autoridades de esa isla, sino por su posición más que ambigua sobre la nueva ley del PP. Prevalecerá, nos tememos, la influencia de RIU, que se viene manifestando de manera descarada en las gestiones encomendadas a la empresa pública Gesplan en la resolución del conflicto abierto en el Oasis de Maspalomas. No tardaremos mucho en verlo

http://www.eldiario.es/canariasahora/topsecret/turismo-Riu-hotel-Corralejo_6_228587164.html

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