Nuestros pueblos costeros.Canarias

Nuestros pueblos costeros.Canarias
Cho Vito, década de los 60

domingo, 20 de junio de 2010

BOCACANGREJO DEBE DAR UN PASO ATRAS.


La mitad de las 400 edificaciones que forman el poblado costero de Bocacangrejo, en el municipio tinerfeño de El Rosario, ocupan el dominio público marítimo terrestre, según informan fuentes de la Demarcación provincial de Costas. Los vecinos han empezado a recibir las notificaciones de que se va a iniciar el procedimiento de recuperación y muchos tienen claro que el derribo de sus casas será inevitable, pero exigen que se garantice que las "más de 300 familias que tienen aquí su único hogar, no se queden sin una vivienda". Entre las propuestas, que los terrenos municipales ubicados en la parte superior de la carretera de acceso al poblado se dediquen a viviendas sociales.SONIA GALDÓN
SANTA CRUZ DE TENERIFE Que el poblado ocupaba suelo público se sabe desde 2004, poco después de que se actualizara el deslinde costero en la zona, aunque no todos conocen que el Plan General deja todo el núcleo fuera de ordenación y esto implica que la servidumbre de protección (que regula el Gobierno canario y donde, en esencia, sólo se pueden hacer reformas de mantenimiento) abarca cien metros después de los casi 26 de dominio público y servidumbre de tránsito.

Costas aclara que, en el PGO de El Rosario, que se aprobó en marzo, "se clasifica el suelo edificado en servidumbre de protección como Urbano Consolidado Fuera de Ordenación (SUCU-FO), proponiendo recuperar el dominio público marítimo terrestre ocupado y dejando el resto del asentamiento popular residencial como no legalizable, por estar dentro de los 100 metros de la servidumbre de protección. No se establece el tratamiento de las edificaciones que se dejan fuera de ordenación".

Esta decisión urbanística podría afectar a los planes de los vecinos, que estudian la opción de aprovechar unos terrenos municipales próximos para construir nuevas viviendas ante la amenaza de derribo. El presidente de la Asociación de Vecinos Bocacangrejo y Berrugato, Antonio Concepción, una de las dos que hay en la zona, explicó que "antes de demoler, tenemos que sentarnos a negociar con las administraciones implicadas, porque hay que reubicar a las más de 300 familias que tienen aquí su único hogar y lo ideal es construir en los terrenos municipales".

Buena disposición
Además, destacó "la buena disposición para negociar y reubicar a los vecinos" que les mostró Costas en una reunión reciente, cuyos representantes también destacaron que "tendremos que entender que el frente marítimo hay que recuperarlo para el uso público".
Ante esta realidad, pidió unidad y tranquilidad a los vecinos, a los que ha propuesto que confíen en la negociación y dejen a un lado las movilizaciones, porque "al pueblo hay que defenderlo con cabeza y en los despachos".

Hasta la fecha, han sido 30 las notificaciones que han recibido. Incluso le llegó una a Concepción, quien destacó que "están enviándolas ahora a los que reformamos las casas hace 20 años", que fueron sancionados entonces "con hasta 500.000 pesetas, ya que tienen nuestros datos". Destaca que el problema es qué va a pasar con esas familias que no tienen otra casa, ya que no hay viviendas sociales suficientes en el municipio. La única esperanza es que hasta la fecha Costas no ha demolido nunca una primera vivienda en Tenerife.
El origen del poblado de Bocacangrejo es el tradicional en muchos tramos costeros de la Isla, casas cueva que habitaban los vecinos de las medianías, aunque aquí hay una historia distinta. Nicasio Conde lleva aquí 50 años y relata que muchas personas acudían por el pozo de aguas medicinales. "Todos los años, desde 1962, venían una par de matrimonios de Holanda a tomar las aguas, porque eran buenas para el estómago". Además, recuerda las primeras casas de la zona, que se construyeron "con burros y camellos para transportar los materiales".

La Ley de Costas es clara, pero también es innegable que hay personas que han acumulado en Bocacangrejo una vida de recuerdos, como es el caso de la vicepresidenta de la otra asociación de vecinos del barrio (fundada en 1982), Estefana Álvarez, que lleva aquí más de 40 años. Antonio García viene desde su infancia y ha sido uno de los primeros en recibir la notificación, aunque afirma que construyó su casa, hace más de 20 años, por encima de los mojones que marcaban el antiguo deslinde y que "me basé en que no me afectaba la Ley", pero una carta le anuncia que 12 metros de su vivienda están en suelo público.

No hay comentarios:

Publicar un comentario